Hoy amaneci triste sin saber por qué, simplemente triste,
melancolico y mientras desayunaba y me alistaba para salir a trabajar, la lista
aleatoria de mi celular seleccionó una canción que me llevó a extrañarte tanto…
no es seguro si ya estaba pensando en ti y la canción simplemente exacerbó esa
dulce tristeza o si fue la canción la que me recordó a ti…
Me gustaría poder llamarte, decirte que me acordé de ti,
preguntar como te va, que aún te extraño de vez en cuando… pero seria muy
triste y patético. Hoy sólo somos amigos, y ni tan cercanos, yo en ti no deje
huella; tú en mi… el amor es algo curioso, no lo puedo racionalizar, aunque soy
consciente que el amor que siempre te tendré corresponde a una persona que ya
no existe; el tiempo nos cambia a todos y ni tú ni yo somos los mismos, en
realidad estoy enamorado de un recuerdo; quizás ya ni siquiera de ti sino de
aquella posibilidad que se sintió tan bonito hace ya tantos años, de aquel amor
que me tomó tan por sorpresa.
Una vez cuando era adolescente, escuché a los adultos de
aquel entonces decir que las penas de amor son horribles, pero uno no quiere
dejar de sentirlas. Recuerdo claramente lo absurdo que me pareció ese
enunciado, tan ridículo, ¿por qué alguien querria sufrir a propósito? Nunca pensé
que me pasaría a mí, y menos teniendo en cuenta que ni siquiera fuiste mi
primer amor.
Ni siquiera me caíste bien, ni siquiera me gustaste en un
principio… salí contigo porque, bueno; en realidad en ese rato no había mucho
qué hacer, y me pareciste medio tonto, absurdo, yo con una tendencia a ser
serio, con aires de madurez siendo menor que tú, tu tan reilete, encontrándole cosas
graciosas a cotidianidades, medio niño y siendo mayor que yo. “¿se habrá fumado
algo o es así naturalmente?” llegué a pensar una vez.
Salida tras salida, me fui enamorando de ti, salida tras
salida y sin dejar de ver tus defectos, fui descubriendo virtudes… pero salida
tras salida, tu fuiste perdiendo el interés en mí, y a pesar de lo despistado
que puedo llegar a ser, de eso sí me dí cuenta…
Nunca me dijiste ninguna mentira, y nunca tomaste ventaja de
mí, terminé contigo por orgullo, y por un estúpido error de juventud (y de
telefonía), a veces me pregunto si me apresuré demasiado, quizás aún podía hacer
algo, quizás …. Quizás muchas cosas.
Pero no vale la pena engañarse; tu interés y romanticismo poco a poco
fueron tornándose en simple aprecio, quizás un poco de cariño, y una agradable compañía
pero sin deseo mas alla de eso; nunca hubo malos tratos ni engaños, simplemente
me di cuenta que mi lugar ya no estaba allí.
Sabes? Terminé contigo pensando en que aun no estaba
enamorado de ti, en que no dolería tanto, después de todo, no es que fueras
perfecto, ni estaba loco por ti; el momento era ese, no había otra ocasión…
Pero apenas tres días después, ni siquiera yo me creía cuanto
te extrañaba, incluso lo que no soportaba, incluso lo absurdo… y cuando te
volví a ver, en el gimnasio, sentía que las piernas me temblaban y mi corazón latia
al mil por hora por la alegría de verte, y al mismo se paralizaba de dolor, se volvía
pesado… porque sabía que no me querías
Hoy me pregunté, que pasaría si algún dia hablamos de esto; quizás
con una cerveza en mano o ya un poco ebrios los dos, si te confesaría todo lo
que sufrí por ti; todos los días que por casi dos años recorri tres distritos
en bicicleta desde mi casa a la tuya, con la única esperanza de “chocar
accidentalmente” contigo; la cantidad de golosinas que compré en la tienda
cercana a tu casa solo para si algún día concidiamos y poder decirte “yo solo
estaba paseando por aquí, mira que casualidad encontrarnos”… pero nunca pasó. Quizás
simplemente no estaba destinado a ser. Todas esas veces me regresaba a casa con
el corazón apretujado, con la tristeza de no haber “tropezado” contigo.
Si me preguntaras por qué te quise tanto, a pesar de lo que
sufrí por ti; creo que tiene que ver con el hecho que nunca volví a amar así.
La vida no me dio la oportunidad de amar y ser correspondido; tal vez
precisamente también por eso es que no te guardo rencor de ningún tipo; no me
llegaste a amar ¿y qué? Nadie lo hizo de todos modos; mis relaciones
posteriores no dejaron recuerdo agradable alguno; me esforcé, quizás a veces
fui muy ingenuo y ni siquiera así, ni arriesgando todo, lo que sentí por ti jamás
se volvió a repetir.
Quizás por eso adoro tu recuerdo. Sin importar con quien
termines, sin importar con quien yo termine, una parte de mi siempre te querrá,
creo que siempre seré tu chico aunque tú no seas el mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario